1.- La apuesta del ICIC por los jóvenes investigadores ha fructificado.

El IV Meeting of the Young Cancer Investigators of the Canary Islands (IV YCIC) y II Meeting of the Young Cancer Investigators of the Macaronesia (II YBIM) celebrado en Lanzarote del 10 al 12 de noviembre, ha constituido un sonado éxito científico y organizativo para el ICIC. Lo ha sido en gran medida por la calidad de los ponentes invitados externos  (Jiri y Claudia Lukas, Miguel Beato y Jesús García Foncillas y Ricardo Pardal) y por las ponencias de los invitados de la Macaronesia. Pero lo ha sido, sobre todo, porque los jóvenes investigadores del cáncer de Canarias han demostrado su madurez y talento científico con sus presentaciones y sus pósteres.

Cuatro ediciones del Meeting YCIC nos permiten tener una perspectiva suficiente como para asegurar que el modelo elegido – el inglés como idioma oficial, una selección de ponentes del máximo nivel mundial, y dar la oportunidad de presentar sus resultados a los jóvenes investigadores del cáncer- es apropiada para estimular su desarrollo como científicos. Así, el último de los cuatro encuentros nos ha proporcionado la enorme satisfacción de ver como el ICIC ha hecho crecer a una nueva generación de investigadores, que a buen seguro darán días de gloria a la investigación canaria.

Estamos bien seguros de ello, porque la madurez científica de nuestros jóvenes investigadores se asienta en su madurez como seres humanos con conciencia política, como lo demuestra el “Manifiesto de Lanzarote de los Jóvenes Investigadores Canarios”. Este documento (ver anexos) es una pieza importante para comprender y encauzar la problemática que afecta a este potente colectivo, y para que las autoridades puedan tomar decisiones correctas para la promoción de la ciencia canaria.

Como en 2006, el Meeting de 2007 se ha desarrollado en el marco de las Semanas Canarias de la Ciencia, y ha contado con la financiación de la Agencia de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información del Gobierno de Canarias. También ha contado con el apoyo de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de los programas Canarias Bioregión y Biópolis que gestiona la Fundación Canaria de Investigación y Salud (FUNCIS), de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Consejería de Sanidad del Cabildo de Lanzarote, a quienes el ICIC agradece su apoyo.

Pero terminado el IV YCIC – III YBIB no hay lugar para la autocomplacencia. La Asamblea del ICIC celebrada en Lanzarote analizó los nuevos retos han surgido al ICIC, y que tienen que ser afrontados con decisión y sabiduría. La finalización del Proyecto BIOPOLIS, que supuso una importante inyección económica en los momentos en que  más lo necesitábamos, tiene que encontrar una continuidad científica y financiera que no se vislumbra en el horizonte. La oferta formativa del ICIC, que ha constituido una de sus mejores aportaciones, tiene que encontrar nuevos cauces de financiación, como el que encontró en 2006 con el programa Prometeo del Cabildo de Tenerife. La clínica oncológica, que tan importantes logros ha obtenido estudiando la biología molecular del tumor, sigue presentando retos no resueltos en Canarias, como los relativos a la farmacogenómica y al cáncer familiar. La complicidad entre los químicos orgánicos y quienes analizan la actividad biológica de los compuestos, que debe ser el germen la industria farmacéutica en Canarias, tiene que mejorar en todos los sentidos. 

Por todo ello, y tras constatar la buena marcha científica del ICIC, y las escasas fuentes de financiación disponibles, la  Asamblea ha encomendado a quienes desde la fundación del ICIC en 2001 lo hemos dirigido, que tratemos de obtener toda la financiación necesaria para que, con la contribución de todos los miembros del ICIC, seamos capaces de afrontar con éxito los nuevos retos. El objetivo es poder presentar en el V YCIC, a celebrar en 2008 posiblemente en El Hierro, un conjunto de logros científicos aún mejor que el presentado en 2007.  

        
Javier Dorta
Nicolás Díaz Chico
Ángel Gutiérrez Ravelo
Antonio Cabrera de León